Es cuando todo termina, así de sencillo, aquí el clímax va quedando atrás, y los personajes se enfrentan al verdadero final de la historia y de sea lo que sea que tu retorcida mente haya planeado para ellos.
Y por extensión, tu, como autor de toda la odisea debes “atar cabos” y cerrar todo posible trama interno que siga .
Siempre debes intentar darle un buen final a toda historia que realices, pero un buen final no siempre complace a todos, al igual que puede que tu lo consideres un buen final y los demás lo encuentre insulso o que pudo haber sido mejor.
Un final mediocre luego te crea un estigma, de él tipo “escribe muy bien, pero tus finales son muy tontos, o muy rosas” recuerden que no todo es miel, y los personajes difícilmente realmente viven una vida color de rosa.
Un buen final es tan importante como darle un buen comienzo.
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